domingo, 10 de noviembre de 2013

Eso a lo que llamamos vida

Suena el despertador, como los otros 9 meses y sus 5 días a la semana, y como algo automático te levantas, te diriges a la cocina, abres el frigo entre un bostezo y coges el cartón de leche, la echas en la vieja taza que tienes desde que tienes uso de razón, y a continuación la metes en el micro, mientras, vuelves a tu cuarto para empezar a vestirte, te pones la camiseta y después el pantalón, cuando suena el ruido ese que tienen todos los micros. Vuelves a la cocina y sacas la humeante leche, añades cola cao, y remueves mientras coges esos cereales que prometen que te dejan una figura diez, y que no saben demasiado bien, pero que sigues comiendo porque tienes la esperanza de que algún día hagan algo de efecto.
Miras el reloj mientras terminas de beberte el ultimo trago de leche, -las menos veinte, bien-, te dices a ti misma, y acto seguido depositas la taza del desayuno en el fregadero para después dirigirte al baño para arreglar ese desastre al que llamas pelo. Te echas un poco de agua y con las manos lo peinas delicadamente hasta que lo ves "bien", después vuelves a tu cuarto, agarras la mochila, te echas un poco de colonia, y listo, ya puedes ir a ese edificio al que acudes cada día durante años, exceptuando dos meses y fines de semana. Y así pasa tu vida, del colegio al instituto, del instituto a la universidad, y de la universidad al trabajo, que, si tienes suerte, te gusta. Desperdiciamos nuestra vida por buscar un buen futuro, malgastamos días enteros por luchar por algo que no sabemos si ni si quiera tendremos, y damos palos de ciego creyendo que vamos en la dirección correcta sin darnos cuenta de que la vida pasa, de que los días se van, y nuestros años se consumen sin que nosotros hagamos nada para aprovecharlos, vivimos atados a la obligación, al deber, al trabajarnos un buen futuro sin aprovechar nuestro presente, y así nos va, sin esperanza, sin alegría, sin ganas de seguir y viviendo por gente que no vive por nosotros, ¿tanto cuesta darse cuenta de que el tiempo se escapa y que lo estamos malgastando? Nos inculcan la idea de que la vida es esto, el estudiar y trabajar, y si tienes un rato libre lo aproveches con tus amigos y con tu pareja, pero, ¿de donde sacamos el tiempo si nos roban seis horas de la mañana para luego tirarte la tarde insistiendo en todo aquello que diste en la mañana? La vida debería ser vivir para disfrutar, para apreciar cada instante y aprovechar tu tiempo, no el sistema de vivir para trabajar y trabajar para vivir, ¿en que momento dejamos de ser dueños de nuestras vidas para convertirnos en esclavos de nuestras obligaciones?
Tenemos que aprender a saborear cada instante, a valorar todos y cada uno de los segundos que estamos aquí, porque quien sabe si mañana seguirás aquí, quien sabe si dentro de tan solo un minuto no ocurre algo que termina contigo, que hace que todo eso que dejaste para luego porque tendrías tiempo a lo largo de tu vida, nunca se pueda cumplir, así que, cada noche pregúntate a ti mismo que fue lo bueno de tu día, y que hiciste para aprovecharlo, ponte una meta, lucha por ella, y equivocare las veces que haga falta, porque cada error te hará ser quien eres.

No hay comentarios:

Publicar un comentario