domingo, 4 de septiembre de 2011

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Estaba inquieta, sabia que algo iba a pasar, no sabia exactamente el que, pero tenia un mal presentimiento, algo dentro de mi me decía que ese no iba a ser un buen dia, y mucho no me equivocaba ...
- Érica, ¿me estas escuchando?
-Si mamá, que te apoyo en todo lo que digas
- Mirame cuando te hablo
Giré lentamente la cara, me dolía la cabeza, no tenia ganas de seguir con esa absurda conversación que se repetía día tras día, solo que cambiando el tono, las palabras y el sitio, pero siempre era la misma conversación y siempre acababa de la misma manera, yo cabreada y ella..., no lo se, por que la verdad desde que empezó todo este lío no la entiendo y cada vez pienso mas que si antes pasaba de mí, ahora lo hace el doble.
-Ya esta, ya te estoy mirando, ¿que quieres?
-Nada, no quiero nada, solo quiero que cuando te hable y me contestes me mires a la cara
- Vale
Por fin, fin dela conversación, de esa angustiosa conversación, parecía que no se terminaría nunca, cada dia se me hacen mas y mas largas, y esta, parece que todavía, para ella, no ha dado por concluida.
-Vas a ir a la psicóloga
-¿Cómo?
-Sí
-No, no pienso ir
- Haber Aurora, que por que vayas a una psicóloga no significa que estés loca
- Ya lo se, pero no quiero ir
- ¿Y qué pierdes si vas?
- Pues supongo que nada, pero no quiero ir
- Bueno vas a ir y punto, no pienso discutir también por eso contigo
No contesté, era mejor tanto para ella como para mí, además cuando se encabezona no hay quien le gane, eso lo saqué a ella. Ahora se escucha mejor la radio, después de una discursión solo me apetece aislarme y olvidar, dejar correr las palabras dichas y enbaduznarme de las letras de las canciones, para mi, es una de las mejores maneras de olvidar.
Por fin llegamos a casa, después de un rato de silencio incómodo, de ganas de llorar aguantadas, y sin poder cruzar las miradas por miedo a otra regañina o a otra discursión. Abro la puerta, y voy directa a mi habitación, allí si que es verdad que no me molesta nadie, solo yo, mi música y mi ordenador, lo enciendo abro "Tuenti", lo último en red social para adolescentes, y sí, mi teoría sobre que iba a ser un mal día se confirma.

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