domingo, 19 de agosto de 2012

13

Anteriormente:
.Que te necesito, no me mal interpretes, no hay nada, ni lo habrá, pero me he dado cuenta de que eres importante. no es que antes no te valorase, pero me doy cuenta de que confirme nuestros caminos se separan a mi me duele mas ver que ya no soy nada para ti, y aunque no te lo creas, eres mas importante de lo que crees...
Las palabras de Gabriel me hicieron recordar todo lo que un día dolió hasta el extremo y ahora todavía escocia... 
Empecé a recordar aquella noche de feria, la primera vez que lo vi, y como en la caseta nuestros labios se fundieron...

Entonces su mano empezó a pasearse por mi espalda,de arriba a abajo, suavemente, recorriendo cada vertebra, cada imperfección palpable de mi piel, como si buscase algo debajo de aquella camiseta. El momento era nuestro, el y yo, compartiendo cada respiración, cada segundo de nuestro tiempo, besándonos como si no hubiese mas momento que aquel. Mis manos acariciaban su pelo, envolviendo los dedos en cada mechón de aquel cabello tan negro. Sus manos seguían aquel camino, cada vez mas abajo, cada vez mas cerca de mi culo. Nada nos podía detener,el control fue derrotado por la imprudencia de dos adolescentes que dejaron que su piel les dictara el camino hacia la gloria. Nuestras respiraciones necesitaban de aire, nuestros brazos de fuerzas y nuestros ojos la confirmación de algo que ya lo estaba. Clavo sus ojos negros en los mios, y como si de una incitación se tratase tiro de mi mano hacia aquella calle ya vacía. No sabia hacia donde se dirigía, ni lo que quería, solo sabia que quería mas, quería saber que escondía debajo de aquel polo azul. De repente se paró, y como si de un suspiro se tratase susurro a mi oído :
- Creo que me has vuelto loco
No sabia que decir, pero el me enmudeció con un beso dulce, parecía una historia de esas que lees en los libros de esos romanticones que leemos como si nos fuese a pasar a nosotras. Llegamos a una especie de explanada en la que lo único que se oía era el susurro de aquella feria que quedaba lejana.
-Mira hacia arriba
Moví ligeramente la cabeza, cuando enseguida mis ojos encontraron un cielo lleno de estrellas. Aquel sitio era increíble, era un pedazo de paraíso perdido en un sitio remoto.
-Siempre traes aquí a tus ligues para llevártelas difinitivamente a la cama o que?
-La verdad es que es la primera vez que traigo a alguien aquí, siempre suelo venir a pensar, pero hoy pensé que este sitio merecía ser compartido con la que ha conseguido alborotarme de esta manera.
Lo agarre de la cara y lo mire fijamente a los ojos, y sin que se lo esperase, me apropie de aquellos labios que sabían a miel. No eramos conscientes de lo que pasaba, simplemente nos dejábamos llevar por el impulso de nuestra piel. Sin embargo, nuestro tiempo se consumía como un cigarro, y mi móvil interrumpió aquel beso que vigilaban las estrellas.
-Dime Nuria
-¿Donde estas tía?
-Pues si te digo la verdad no lo se
-Pues tía no se como lo ves, pero tenemos que cogernos el bus en quince minutos, que me parece bien que estés con el ligue, pero yo de ti no perdía el bus si quieres volver a verlo
-Ya tía voy para allá, nos vemos en la parada enseguida
-Eso espero...
El tiempo se había acabado para nuestra desgracia, pero por lo menos, no hicimos nada de lo que nos pudiéramos arrepentir.
-Me tengo que ir
-¿Tan pronto?
-Pues si. ¿Me llevas a la feria?, es que desde aquí no se ir a la parada del bus
- Claro, no te preocupes.
Una sonrisa ilumino su cara. Como podía ser tan así, tan... Uf, no se describirlo.
Me agarró la mano y volvimos a aquel sitio lleno de luces, música y gente.
-Si quieres puedes dejarme aquí, que ya se ir a la parada
-¿Y estar menos tiempo contigo? me da a mi que eso no es posible
Me apretó la mano y seguimos el camino hacia aquella despedida que se veía bastante dura.
Enseguida llegamos, y allí estaba Nuria, con cara de cabreo y el móvil en la mano. Por lo menos no había llegado el bus.
-He llegado a tiempo ¿no?
-Si,si, pero llevas la noche desaparecida
-Eso es por mi culpa, no te cabrees con ella
-No si no pasa nada, pero se avisa que me he preocupado
-Lo siento tía, pero salimos de allí por que era agobiante
-Ya, bueno por ahí viene el bus.
Nuestro tiempo se había terminado, y la despedida ya estaba aquí. Me agarro fuerte de la cintura, y sin mas dilación me dio un beso de esos que saben amargos, que saben a tristeza escondida.
No quería irme, no quería que acabase aquella preciosa historia, pero todo tiene su fin.
-Adiós, Gabriel...
-¿Te volveré a ver?
- Cuando quieras, apunta mi numero 670345216. Espero saber de ti.
- No lo dudes
Nuestros labios se unieron en un ultimo beso que dio paso a mi ida.

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